Jorge y Jorge

 Jorge Luis Borges y Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como muchas veces me ido con todas, y me iré, en lo que respecta a la veracidad de ciertas noticias en el mundo, ahora cuando algo me parece información valiosa, consulto diversas fuentes para verificar. Por ejemplo, ahorita le acabo de preguntar a Copilot si esta información del año 1965 pertinente a Borges y a Jorge Bergoglio, Papa Francisco después, es verídica y me respondió lo siguiente:
"Sí, este informe está en línea con relatos históricos sobre los primeros años del Papa Francisco como profesor de literatura y su conexión con Jorge Luis Borges. Borges realmente admiraba el intelecto de Bergoglio y lo describía como un "jesuita transgresor" y "muy buen lector." Su colaboración en proyectos literarios, como la publicación de Cuentos Originales, destaca su mutuo aprecio por la literatura y la imaginación.
Las reflexiones de Borges sobre las dudas de Bergoglio y su naturaleza transgresora también resuenan con la tradición jesuita de investigación intelectual y apertura a diversas perspectivas. Este relato captura hermosamente la intersección entre la fe, la literatura y la filosofía en la vida de Bergoglio. "
Sí, este informe está en línea con relatos históricos sobre los primeros años del Papa Francisco como profesor de literatura y su conexión con Jorge Luis Borges. Borges realmente admiraba el intelecto de Bergoglio y lo describía como un "jesuita transgresor" y "muy buen lector." Su colaboración en proyectos literarios, como la publicación de Cuentos Originales, destaca su mutuo aprecio por la literatura y la imaginación.
Las reflexiones de Borges sobre las dudas de Bergoglio y su naturaleza transgresora también resuenan con la tradición jesuita de investigación intelectual y apertura a diversas perspectivas. Este relato captura hermosamente la intersección entre la fe, la literatura y la filosofía en la vida de Bergoglio.

 

 

 

Fernando Ampuero:

El papa Francisco de joven, cuando era profesor de literatura y a quien Jorge Luis Borges consideró "un jesuita transgresor" y un "muy buen lector".

“Con el jesuita, que es ingeniero químico y muy buen lector, nos entendemos mejor -diferenció Borges-; él enseña literatura y ha incluido mis textos en sus clases, lo cual me parece un poco exagerado. Yo trato de disuadirlo y le repito que lo mío no tiene ningún valor, que son una sarta de borradores, pero no me hace caso… Dejando de lado este detalle, el padre Bergoglio es una persona inteligente y sensata; con él se puede hablar de cualquier tema: de filosofía, de teología, de política. Pero hay algo que me alarma un poco; he observado que tiene tantas dudas como yo. Lo cual no sé si está bien en un religioso. Mi madre se hubiera horrorizado de una cosa así. Pero quizá no es tan raro si tenemos en cuenta que se trata de un jesuita -y concluyó Borges, apoyándose en su bastón, con una sonrisa contagiosa-. Claro, esa gente es históricamente transgresora y hasta tiene sentido del humor, además de manejar conceptos que en algunos casos difieren de las otras congregaciones de la Iglesia”.

 

 

 

Rodrigo Vidal Lázaro: Esta anécdota une a Jorge Luis Borges y Jorge Mario Bergoglio, un ateo y un teista jesuita que años más tarde se convirtió en Papa

Ocurrió en 1965, en la ciudad de Santa Fe, Argentina, específicamente en el Colegio Inmaculada Concepción, donde Bergoglio, entonces un joven jesuita de 28 años y profesor de literatura, invitó a Borges a dictar un seminario sobre literatura gauchesca para los alumnos de cuarto y quinto año.

Borges, ya una figura célebre de la literatura a sus 66 años, aceptó la invitación y viajó desde Buenos Aires.

El encuentro tuvo lugar durante una fría mañana de agosto de 1965. Al presentarse, Borges saludó a Bergoglio con una frase que refleja su visión irónica y su conocida postura escéptica: "¡Hola, colega! Admitámoslo: ambos vivimos de la literatura fantástica".

Con esto, Borges equiparaba su propia obra literaria, cargada de elementos fantásticos, con la teología que Bergoglio profesaba, considerándola también una forma de "literatura fantástica". Este comentario, hecho con humor pero cargado de profundidad, sorprendió a Bergoglio y marcó el tono de un encuentro que dejó huella en los estudiantes y en la comunidad educativa. La visita de Borges fue tan significativa que incluso se extendió a la Universidad Católica local, tras negociaciones con las autoridades eclesiásticas, para que más personas pudieran escucharlo.

Esta anécdota, que resalta el contraste entre el ateísmo de Borges y la fe de Bergoglio, sirve como un punto de partida fascinante para explorar cómo dos figuras tan distintas, unidas por su amor a la literatura, encontraron un terreno común en la imaginación y el intelecto, mucho antes de que Bergoglio se convirtiera en el Papa Francisco.