
A CARLOS XII
Viking de las estepas, Carlos Doce
De Suecia, que cumpliste aquel camino
Del Septentrión al Sur de tu divino
Antecesor Odín, fueron tu goce
Los trabajos que mueven la memoria
De los hombres al canto, la batalla
Mortal, el duro horror de la metralla,
La firme espada y la sangrienta gloria.
Supiste que vencer o ser vencido
Son caras de un Azar indiferente,
Que no hay otra virtud que ser valiente
Y que el mármol, al fin, será el olvido.
Ardes glacial, más solo que el desierto;
Nadie llegó a tu alma y ya estás muerto.
Jorge Luis Borges : de El Otro, el Mismo.
Emanuel Swedenborg
Más alto que los otros, caminaba
Aquel hombre lejano entre los hombres;
Apenas si llamaba por sus nombres
Secretos a los ángeles. Miraba
Lo que no ven los otros terrenales:
La ardiente geometría, el cristalino
Laberinto de Dios y el remolino
Sórdido de los goces infernales.
Sabía que la Gloria y el Averno
En tu alma están, y sus mitologías;
Sabía, como el griego, que los días
Del tiempo son espejos del Eterno.
En árido latín fue registrando
Ultimas cosas sin por qué ni cuándo.
Buenos Aires, abril de 1972
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