Tuesday, June 30, 2009

Golden Gate:Ancient Egyptian Language:Norse

Prayer
Norse
AEL
Gold

Oro

Prov. 10:5
"He that gathereth in summer is a wise son: but he that sleepeth in harvest is a son that causeth shame."

Montana de Oro State Park CA
Montana de Oro State Park, California


 Going for More
by morningglory2
Chess: "Oro" "Gold" "Prayer" "AEL" "Golden Gate"

¿qué significa esencialmente?

Fervor de Buenos Aires (1923) - Prólogo

PRÓLOGO

[a la edición de 1969]


No he reescrito el libro. He mitigado sus excesos barrocos, he limado asperezas, he tachado sensiblerías y vaguedades y, en el decurso de esta labor a veces grata y otros veces incómoda, he sentido que aquel muchacho que en 1923 lo escribió ya era esencialmente ¿qué significa esencialmente?- el señor que ahora se resigna o corrige. Somos el mismo; los dos descreemos del fracaso y del éxito, de las escuelas literarias y de sus dogmas; los dos somos de Schopehauer, de Stevenson y de Whitman. Para mí, Fervor de Buenos Aires prefigura todo lo que haría después. Por lo que dejaba entrever, por lo que prometía de algún modo, lo aprobaron generosamente Enrique Díez-Canedo y Alfonso Reyes.
Como los de 1969, los jóvenes de 1923 eran tímidos. Temerosos de una íntima pobreza, trataban, como ahora, de escamotearla bajo inocentes novedades ruidosas. Yo, por ejemplo, me propuse demasiados fines: remedar ciertas fealdades (que me gustaban) de Miguel de Unamuno, ser un escritor español del siglo XVII, ser Macedonio Fernández, descubir las metáforas que Lugones ya había descubierto, cantar un Buenos Aires de casas bajas y, hacia el poniente o hacia el sur, de quintas con verjas.
En aquel tiempo, buscaba atardeceres, los arrabales y la desdicha; ahora, las mañanas, el centro y la serenidad.

J.L.B.

Buenos Aires, 18 de agosto de 1969.


A QUIEN LEYERE

Si las páginas de este libro consienten algún
verso feliz, perdóneme el lector la descortesía

de haberlo usurpado yo, previamente.

Nuestras nadas poco difieren; es trivial y

fortuita la circunstancia de que tú seas el

lector de estos ejercicios, y yo su redactor.


Fuente:
http://www.literatura.us/borges/fervor.html


LAS CALLES



Las calles de Buenos Aires
ya son mi entraña.
No las ávidas calles,
incómodas de turba y ajetreo,
sino las calles desganadas del barrio,
casi invisibles de habituales,
enternecidas de penumbra y de ocaso
y aquellas más afuera
ajenas de árboles piadosos
donde austeras casitas apenas se aventuran,
abrumadas por inmortales distancias,
a perderse en la honda visión
de cielo y llanura.
Son para el solitario una promesa
porque millares de almas singulares las pueblan,
únicas ante Dios y en el tiempo
y sin duda preciosas.
Hacia el Oeste, el Norte y el Sur
se han desplegado -y son también la patria- las calles;
ojalá en los versos que trazo
estén esas banderas.


LA RECOLETA

Convencidos de caducidad
por tantas nobles certidumbres del polvo,
nos demoramos y bajamos la voz
entre las lentas filas de panteones,
cuya retórica de sombra y de mármol
promete o prefigura la deseable
dignidad de haber muerto.
Bellos son los sepulcros,
el desnudo latín y las trabadas fechas fatales,
la conjunción del mármol y de la flor
y las plazuelas con frescura de patio
y los muchos ayeres de a historia
hoy detenida y única.
Equivocamos esa paz con la muerte
y creemos anhelar nuestro fin
y anhelamos el sueño y la indiferencia.
Vibrante en las espadas y en la pasión
y dormida en la hiedra,
sólo la vida existe.
El espacio y el tiempo son normas suyas,
son instrumentos mágicos del alma,
y cuando ésta se apague,
se apagarán con ella el espacio, el tiempo y la muerte,
como al cesar la luz
caduca el simulacro de los espejos
que ya la tarde fue apagando.
Sombra benigna de los árboles,
viento con pájaros que sobre las ramas ondea,
alma que se dispersa entre otras almas,
fuera un milagro que alguna vez dejaran de ser,
milagro incomprensible,
aunque su imaginaria repetición
infame con horror nuestros días.
Estas cosas pensé en la Recoleta,
en el lugar de mi ceniza.

EL SUR

Desde uno de tus patios haber mirado
las antiguas estrellas,
desde el banco de
la sombra haber mirado
esas luces dispersas
que mi ignorancia no ha aprendido a nombrar
ni a ordenar en constelaciones,
haber sentido el círculo del agua
en el secreto aljibe,
el olor del jazmín y la madreselva,
el silencio del pájaro dormido,
el arco del zaguán, la humedad
-esas cosas, acaso, son el poema.



CALLE DESCONOCIDA

Penumbra de la paloma
llamaron los hebreos a la iniciación de la tarde
cuando la sombra no entorpece los pasos
y la venida de la noche se advierte
como una música esperada y antigua,
como un grato declive.
En esa hora en que la luz
tiene una figura de arena,
di con una calle ignorada,
abierta en noble anchura de terraza,
cuyas cornisas y paredes mostraban
colores blandos como el mismo cielo
que conmovía el fondo.
Todo —la medianía de las casas,
las modestas balustradas y llamadores,
tal vez una esperanza de niña en los balconesentró
en mi vano corazón
con limpidez de lágrima.
Quizá esa hora de la tarde de plata
diera su ternura a la calle,
haciéndola tan real como un verso
olvidado y recuperado.
Sólo después reflexioné
que aquella calle de la tarde era ajena,
que toda casa es un candelabro
donde las vidas de los hombres arden
como velas aisladas,
que todo inmediato paso nuestro
camina sobre Gólgotas.



LA PLAZA SAN MARTÍN

A Macedonio Fernández

En busca de la tarde
fui apurando en vano las calles.
Ya estaban los zaguanes entorpecidos de sombra.
Con fino bruñimiento de caoba
la tarde entera se había remansado en la plaza,
serena y sazonada,
bienhechora y sutil como una lámpara,
clara como una frente,
grave como un ademán de hombre enlutado.
Todo sentir se aquieta
bajo la absolución de los árboles
-jacarandás, acaciascuyas
piadosas curvas
atenúan la rigidez de la imposible estatua
y en cuya red se exalta
la gloria de las luces equidistantes
de leve luz azul y tierra rojiza.
¡Qué bien se ve la tarde
desde el fácil sosiego de los bancos!
Abajo
el puerto anhela latitudes lejanas
y la honda plaza igualadora de almas
se abre como la muerte, como el sueño.

Sunday, June 28, 2009

DOWN THE RABBIT-HOLE







Alice's Adventures in Wonderland

by

Lewis Carroll

CHAPTER I
DOWN THE RABBIT-HOLE
ALICE was beginning to get very tired of sitting by her sister on the bank and of having nothing to do: once or twice she had peeped into the book her sister was reading, but it had no pictures or conversations in it, "and what is the use of a book," thought Alice, "without pictures or conversations?'



References to mathematics

Since Carroll was a mathematician at Christ Church, it has been suggested[5] that there are many references and mathematical concepts in both this story and also in Through the Looking-Glass; examples include:
  • In chapter 1, "Down the Rabbit-Hole," in the midst of shrinking, Alice waxes philosophic concerning what final size she will end up as, perhaps "going out altogether, like a candle."; this pondering reflects the concept of a limit.
  • In chapter 2, "The Pool of Tears," Alice tries to perform multiplication but produces some odd results: "Let me see: four times five is twelve, and four times six is thirteen, and four times seven is—oh dear! I shall never get to twenty at that rate!" This explores the representation of numbers using different bases and positional numeral systems (4 x 5 = 12 in base 18 notation; 4 x 6 = 13 in base 21 notation. 4 x 7 could be 14 in base 24 notation, following the sequence).
  • In chapter 5, "Advice from a Caterpillar," the Pigeon asserts that little girls are some kind of serpent, for both little girls and serpents eat eggs. This general concept of abstraction occurs widely in many fields of science; an example in mathematics of employing this reasoning would be in the substitution of variables.
  • In chapter 7, "A Mad Tea-Party," the March Hare, the Mad Hatter, and the Dormouse give several examples in which the semantic value of a sentence A is not the same value of the converse of A (for example, "Why, you might just as well say that 'I see what I eat' is the same thing as 'I eat what I see'!"); in logic and mathematics, this is discussing an inverse relationship.
  • Also in chapter 7, Alice ponders what it means when the changing of seats around the circular table places them back at the beginning. This is an observation of addition on a ring of the integers modulo N.
  • The Cheshire cat fades until it disappears entirely, leaving only its wide grin, suspended in the air, leading Alice to marvel and note that she has seen a cat without a grin, but never a grin without a cat. This is usually seen as either a reference to the deep abstraction of concepts (non-Euclidean geometry, abstract algebra, the beginnings of mathematical logic...) that was taking over mathematics at the time. Even more pertinently, it can be taken to represent the very concept of mathematics and number itself. For example, instead of considering two or three apples, one may easily consider the concept of 'apple,' upon which the concepts of 'two' and 'three' may seem to depend. However, a far more sophisticated jump is to consider the concepts of 'two' and 'three' by themselves, just like a grin, originally seemingly dependent on the cat, separated conceptually from its physical object.

References to classical languages

In chapter 2, Alice initially addresses the mouse as "O Mouse," based on her vague memory of the noun declensions in her brother's textbook: "A mouse (nominative)— of a mouse (genitive)— to a mouse (dative)— a mouse (accusative)— O mouse! (vocative)." This corresponds to the traditional order that was established by Byzantine grammarians (and is still in standard use, except in the United Kingdom and some countries in Western Europe) for the five cases of Classical Greek; because of the absence of the ablative case, which Greek does not have but is found in Latin, the reference is apparently not to the latter as some have supposed.

Historical references

In chapter 8, three cards are painting the roses on a rose tree red, for they accidentally planted a white-rose tree which theQueen of Hearts hates. Red roses symbolized the English House of Lancaster, while white roses were the symbol for their rival House of York. Therefore, this scene may contain a hidden allusion to the Wars of the Roses.[6]
Ablative Absolute: In Latin grammar. an adverbial phrase syntactically independent from the rest of the sentence and containing two main elements in the ablative case. Regibus expulsis, leges respublica condit (The kings having been expelled, the republic sets up laws)

Charlemagne

Cord
Mecate
Courage

Prov. 3:5

" Trust in the LORD with all thine heart; and lean not unto thine own understanding."


Calangute beach, North Goa
Calangute Beach, North Goa, India
Chess: "cord" "mecate" "courage" "CE" "Civil Engineering" "Charlie"

Excerpts from Kenneth Clark's "Civilisation"

People sometimes tell me that they prefer barbarism to civilisation. I doubt if they have given it a long enough trial. Like the people of Alexandria they are bored by civilisation; but all the evidence suggests that the boredom of barbarism is infinitely greater. Quite apart from discomforts and privations, there was no escape from it. Very restricted company, no books, no light after dark, no hope.

When one considers the Icelandic sagas, which are among the great books of the world, one must admit that the Norsemen produced a culture. But was it a civilisation? . . .
Civilisation means something more than energy and will and creative power: something the early Norsemen hadn’t got, but which, even in their time, was beginning to reappear in Western Europe. How can I define it? Well, very shortly, a sense of permanence.

Civilised man, or so it seems to me, must feel that he belongs somewhere in space and time; that he consciously looks forward and looks back.



But the pages of pure ornament [in the Celtic illustrated gospels] are almost the richest and most complicated pieces of abstract decoration ever produced, more sophisticated and refined that anything in Islamic art. We look at them for ten seconds, then we pass on to something else that we can interpret or read. But imagine if one couldn’t read and had nothing else to look at for weeks at a time.
Charlemagne . . . with the help of an outstanding teacher and librarian named Alcuin of York, he collected books and had them copied. . . . Charlemagne felt strongly the value of education, and in particular he saw the importance of an educated Italy.

CHAPTER 3
ROMANCE AND REALITY
I am in the Gothic world, the world of chivalry, courtesy and romance; a world in which serious thigs were done with a sense of play - where even war and theology could become a sort of game; and when architecture reached a point of extravagance unequalled in history. After allt he great unifying convictions of the twelfth century, High Gothic art can look fantastic and luxurious - what Veblen called conspicuous waste. And yet these centuries produced some of the greatest spirits in the history of man, omongst them St Francis of Assisi and Dante. Behind all the fantasy of the Gothic imagination there remained, on two different planes, a sharp sense of reality. medieval man could see things very clearly, but he believed that these appearances should be considered as nothing more than symbols or tokens of an ideal order, which was the only true reality.
The fantasy strikes us first, and last; and one can see it in the room in the Cluny museaum in paris hung with a series of tapestries known as the lady with the unicorn. poetical fanciful and profane, its ostensible subject is the four senses but its real subject is the power of love. which can subdue all.

We have come a long way from the powerful conviction that induced knights and ladies to draw carts of stone up the hill for the building of Chartres Cathedral. And yet the notion of ideal love, and the irresistible power of gentleness and beauty, whcih is emblematically conveyed in the tapestry can be traced back for three centuries; we may even begin to look for it in the north portal of Chartress dedicated in 1220.
Only a very few years before, women were thought of as the squat, bad tempered viragos that we see on the font of wichester cathedral; These were the women who accompanied the Norsemen to iceland. The figures on chartres are amongst the the first consciously graceful women in western art.
Of the two or three faculties that have been added to the European mind since the civilisation of Greeece and rome, none seems to me stranger and more inexplicable than the sentiment of ideal or courtly lobe. it was entirely unknown in antiquity. Passion, yes. desire, yes of course; steady affection yes. But this state of utter subjection to the will of an unapproachable woman, this would have seemed to the Romans or the Vikings not only absurd, but unbelievable. But it lasted for centuries. Even up to 1945 we retained a number of chivalrous gestures; we raised our hats to ladies, and let them pass through doors first. And we still subscribed to the fantasy that they were chaste and pure beings, in whose presence we couldn't tell certain stories or pronounce certain words.
Well thats all over now. But where did it come from. nobody knows. Most people think, with the pointed arch, it came from the east. that pilgrims and crusaders found in the Moslem world a tradition of Persian literature in which women were the subject of compliment and devotion.
Less directly the lady of a castle must have had a peculiar potition with so many unoccupied young men who couldn't spend all their time hunting, and who of course never did any work, and when the lord was away for a year or two, the lady was left in charge.
One troubador poem known as the siege of the Castle of love, in which the ladies leaning on the battlements put up a weak defence as young gallants climb up on rope ladders is on ivory mirror cases.
I ought to add that the idea of marriage doesn't come into the question anymore than it would today. A 'love match' is almost an invention of the late 18th century. medieval marriages were entirely a matter of property, and , as everybody knows, marriage without love means love without marriage.
Then i suppose the cult of the virgin probably had something to do with troubador poetry. You often don't know if the poetry is to the Virgin or to a mistress. The greatest of all writings about ideal love, Dante's Vita Nuova, is a quasi-religious work, and in the end it is Beatrice who introduces dante to Paradise.

For all these reasons, i think it is permissible to associate the cult of ideal love with the ravishing beauty and delicacy that one finds in the madonnas of the thirteenth century. Its certainly what their husbands and admirers wanted ladies to look like. So it is all the more suprising to learn that these exquisite creatures got terribly knocked about. it must be true, because there is a manual on how to treat a woman, actually to raise daughters that was widely used from 1370 to the 16th that says disobedient women must be beaten and starved and dragged around by the hair. But the confident look of Gothic women makes one thing they cuold look after themselves.
One can't say romance was a gothic invention: i suppose that, as the word suggests, it was really Romanesque, and grew up in those southern districts of France where the memories of Roman civilisation had not been quite obliterated. But the chivalrous romances of the Gothic time were a specialty of the gothic mind.
Civ in the late 14th century shows us that the delicacy and refinement of the thirteenth century lasted over one hundred years. It survived the Black death and th eHundred years war and the economic revolution of the first enclosures and became completeley international. There is a spring and tension in the early fourteenth century which is lost after 1380; in compensation there is an increase in subtlety.
The greatest patron of art and learning of the gothic world were four brothers: Charles 5 of France. The Duke of Burgundy, the slyest and most ambitious and ultimately the most powerful of the brothers; Loius d'anjou and the Duke of Berry. All were frilly.
That the Duke of Berry was brutally murdered shows us how civilisation seems to fly in at one window and out another in the middle ages.
The duke of Berry's manuscripts illustrate another capacity of the human mind which had grown up in th epreceeding century: The delighted observation of natural objects. leaves and flowers, animals and birds. The odd thin about the medieval response to nature was that it saw all of those things in isolation. Birds were a medieval obsession.
He found one group of artists that saw life as we see it (without the isolation) and painted realistic scenes of peasants peasanting that are one of the miracles of art history. They show an aspect of life that went on unchanged until the first ww. Another illustration from his book "the very rich hours" shows him having a grand dinner. During it they indulge in a little mild sourtship, so called because it was only in courts that one had time for those agreeable preliminaries.
Those French and Burgundian courts were the model of fashion and good manners all over Europe. "courtesy"
The most courteous of men wasFrancesco BErnadone "st francis d assisi. One day he gave a poor man his coat and he started giving stuff away his father diowned him and he lived in poverty there after partly because he felt that it was discourteous to be in the company of anyone poorer than oneself. From the first everyone recognised that St Francis was a religious genius. His favorite saying was "Foxes have holes and the birds of the air nests ; but the son of man hath not where to lay his head."
Francis's cult of poverty could not survive him - it did not even last his lifetime. It was officially rejected by the Church; for the Church had already become part of the international banking system that originated in thirteenth century italy. His disciples were called heretics and burnt at the stake.

Yet his belief that to free the spirit one must be poor is the belief that all great religious teachers have in common. Rousseau and Wordsworth brought it back. The folk tales "the canticle of the sun" about him are good reading.
But already during the lifetime of St Francis another world was growing up, which for better or worse, is the ancestor of our own, the world of trade and of banking. The banker types were realistic and the proof is that they survived. Florentine banking is similar to today , except that double entry wasn't invented till the fourteenth century.
And just as their economic system was capable of an expansion that has lasted till today, so the painting they commissioned had a kind of solid reality that was to become the dominant aim of western art up to the time of cezanne. It continued to grow because it involved a third dimension. Two dimensional art- is enchanting. But instead of decorative jumble Giotto concentrates on a few simple solid looking forms. When Dr Johnson wished to refute he kicked. Giotto made em look solid.
Giotto was born near florence in about 1265 when italian painting was really only a less posished form of Byzantine painting. Giotto has no predecessors. We know absolutely nothing about him till the year 1304, when he decorated a small, plain building in Padua known as the Arena Chapel, and made it, to anyone who cares for painting, one of the holy places of the world. Its one of the first instances of the new rich commissioning works f art as a kind of atonement, a practice that has benefitted the world almost as much as vanity and self-indulgence.
Almost in the same year that he was born Dante was born. In a way Giotto and Dante stand at the junction of two worlds. Biotto belonged tot he new world of solid realities, the world created by the bankers and wool merchants for whom he worked. Dante belonged t the earlier Gothic world, the world of St thomas aquinas and the great cathedrals. He's more like gothic sculpture.

Saturday, June 27, 2009

"Hay que leer a Borges porque escribió una narrativa breve muy difícil de superar". Desde su lugar de crítico, no puede dejar de ver lo que Borges opi


Los escritores dicen por qué hay que leer hoy a Borges

CULTURA: A 15 AÑOS DE LA MUERTE DEL CELEBRE ESCRITOR ARGENTINO



Todos coinciden: la literatura argentina no es la misma antes y después de Jorge Luis Borges Y señalan que hay que leer su obra para disfrutar de sus textos y para gozar de su ingenio y su imaginación sin fronteras

El rigor del lenguaje junto a una imaginación exquisita, el uso de los adjetivos, y sus historias ingeniosas son algunas de las cualidades que resaltan los escritores, críticos y otros admiradores de la obra de Jorge Luis Borges. A quince años de su muerte es considerado de manera unánime uno de los escritores más grandes que dio el siglo XX.

Cuando se comprueba esa coincidencia de juicio, surge la pregunta que bien podría hacer cualquier chico de quince años. O cualquier adulto que todavía no se haya animado a ingresar en ese mundo de espejos y laberintos atemporales. "¿Por qué leer a Borges hoy?" es lo que intentó responder un conjunto de autores y críticos que fueron consultados especialmente por Clarín.

"Es posible afirmar que nadie puede escribir en castellano como se escribía antes de Borges sin cometer un anacronismo". Quien esto dice es el jujeño Héctor Tizón, uno de los más grandes escritores argentinos de la actualidad. A tal sentencia, le agrega otra: "Como Sarmiento, Borges resulta ineludible en nuestra literatura", asegura.

Andrés Rivera fue tan sintético como abrumador: "Hay que leer a Borges porque sabe cómo adjetivar", dijo. "Recomendaría leer a Borges porque es una de las experiencias más intensas de lectura", contestó Pablo De Santis, novelista y autor de relatos para adultos y para chicos.

A la hora de especificar estos atributos, De Santis manifestó que la lectura de la obra de Borges combina "la expansión de la imaginación con el rigor máximo del lenguaje".

Harold Bloom es un crítico estadounidense tan célebre como discutido por sus supuestas arbitrariedades. En El canon occidental, declaró cuáles eran las obras más importantes de la historia literaria. La obra de Borges estaba entre ellas. Hoy explica su criterio así: "Hay que leer a Borges porque escribió una narrativa breve muy difícil de superar". Desde su lugar de crítico, no puede dejar de ver lo que Borges opinó sobre otros escritores y el modo en que logra así cosechar lectores para la obra de los demás.

"Borges fue una persona de letras capaz de hablar de otros escritores, como Shakespeare y Kafka, por ejemplo, de una manera tal que los iluminó", explicó Bloom.

El locutor Antonio Carrizo, devoto lector de Borges y coleccionista de su obra dijo que el escritor fue "un gran estilista", "un hombre que hizo de la lengua castellana una lengua austera, exacta y argentina".

Desde su lugar de escritor de treinta y pico, Marcelo Birmajer contestó que Borges "es el más inteligente de todos nosotros" y que no hay ningún otro escritor argentino tan claro y "tan sabio".

La narradora rosarina Angélica Gorodischer es apasionada y le gustan las comparaciones. En su respuesta, vinculó a Borges con Gardel y dijo algo que puede ser útil para cualquier estudiante de literatura o aspirante a escritor. "Leyendo a Borges se aprende a leer y a escribir", señaló, al tiempo que aseguró de manera terminante que "Borges es la figura más importante de la literatura en castellano."

Lo de Gorodischer no debe ser tan exagerado si se tiene en cuenta la respuesta de Abelardo Castillo. "Estilísticamente, después de Quevedo, Borges es el mayor prosista de nuestra lengua".

Claro que para Castillo hay otros dos argentinos cuya omisión en la lectura provocan "analfabetismo". Se trata de Roberto Arlt y Leopoldo Marechal, de quienes asegura que deberían ser de "lectura obligatoria". Castillo, además, dio una pista cercana al pensamiento de Harold Bloom: "Borges nos enseñó la felicidad de leer a los demás".

Para la crítica y ensayista Beatriz Sarlo, hay dos Borges: uno es el de los escritores, que se cuestionan cómo es posible escribir después de una obra tan enorme. El otro es el de los lectores, y ahí Sarlo se pregunta "¿Cómo no leer a Borges si se lee literatura?".

Horacio Salas, poeta y autor de una biografía de Borges no duda: Borges nunca caerá en el olvido. "Es un clásico, y como a los clásicos, cada nuevo lector descubre nuevas facetas que guardan relación con su propio contexto y sus experiencias personales", dijo.

Otra de sus biógrafas, la periodista María Esther Vázquez entiende que "a alguien de la estatura de Borges se lo debe leer en cualquier tiempo."

Las personas consultadas respondieron, además, otra pregunta formulada por Clarín. "Si tuviera que introducir a un lector en la obra de Borges, ¿qué texto le recomendaría leer?", se les preguntó.

La enorme mayoría eligió los cuentos, aunque hubo quien seleccionó ensayos. Solo John Berger mencionó a la poesía en primer lugar.

Horacio Salas también: recomendó "Límites", "Poema de los dones", "La fundación mítica de Buenos Aires", "Poema conjetural" y las milongas del libro Para seis cuerdas. Pero lo hizo en segundo término, después de hablar de los cuentos "El sur" y "El muerto".

Si se hace una estadística de lo que respondieron las personas consultadas, el ranking de cuentos lo encabeza por lejos "El Aleph", ese relato en el que una "pequeña esfera tornasolada" contiene en su seno todos los tiempos, los espacios y las escenas del mundo.

Entre los elegidos aparecieron "La intrusa", la historia de una pelea entre dos hermanos por el amor de una mujer; "Ema Zunz", el relato de una minuciosa venganza"; "Funes el memorioso", con ese personaje cuyo increíble problema era que no podía dejar de recordar y "Pierre Menard, autor del Quijote", donde un escritor obsesivo reconstruye palabra por palabra la célebre novela de Cervantes.

Sarlo eligió un texto distinto, singular, en el que cree hallar todas las marcas borgeanas: el Epílogo a la edición de las Obras Completas, de 1974. "Un artículo apócrifo de enciclopedia —dijo— fechado en el 2074, que Borges escribió sobre Borges".

John Berger se ocupó de aclarar, en su respuesta, que no lee a Borges en castellano, "lo cual es una desventaja enorme". Así y todo, contó que en los últimos años lo lee tres o cuatro veces por semana. "Lo siento como un compañero que necesito y que también me gustaría comunicar a otros", contó.

Berger señaló en Borges una cualidad que califica de asombrosa: "Nos sorprende desde el pasado; hace que el pasado sea más sorprendente que el futuro. Esa es su magia".

Es probable que muchos de los que se pregunten por qué leer a Borges hoy sean chicos. Salas hizo la experiencia con sus alumnos, al indicarles la lectura de algunos de los textos que mencionó. "Hice la prueba. El enganche está garantizado —dijo—. "Sólo se necesita un empujón".


Fuente:
http://www.clarin.com/diario/2001/06/14/s-03801.htm

Hermano del ilustre psicólogo que fundó el pragmatismo, Henry James náció en Nueva York, el día 15 de abril de 1843. Su padre, un converso swedenborgi

TRIBUNA: JORGE LUIS BORGES


Henry James, un escritor admirable


JORGE LUIS BORGES 31/05/1986
He compilado una enciclopédica antología de la literatura fantástica; he traducido al Kafka, a Stevenson, a Melville y a Bloy. No sé de una labor más asombrosa que la de Henry James. Los escritores que he mencionado son, desde la primera línea, maravillosos; proponen un universo que es casi profesionalmente irreal, James, antes de manifestar lo que es, un habitante irónico y resignado del infierno, corre el albur de parecer un mero novelista mundano, más incoloro que otros.Iniciada la lectura de un libro suyo, nos molestan algunas ambiguedades, algún rasgo superficial; al cabo de unas páginas comprendemos que esas deliberadas negligencias enriquecen el texto. James ha sido acusado de incurrir en temas melodramáticos. Nada más absurdo. Ello se debe a que los hechos, para este escritor, son meras hipérboles o énfasis de la trama. Las situaciones no surgen de los caracteres; los caracteres han sido imaginados para justificar las situaciones. Paradójicamente, James no es un novelista psicológico. Así, en The American, el crimen de Madame de Bellegarde es increíble en sí, pero aceptable cómo cifra de la corrupción de una antigua familia.






La edición definitiva de su obra abarca 35 volúmenes, que él mismo revisó minuciosamente. La parte principal de esa escrupulosa acumulación consta de novelas y cuentos; también incluye una biografía de Hawthorne, a quien siempre admiró, y de estudios críticos sobre Turgueniev y Flaubert, de quienes fue amigo íntimo. Tenía en poco a Zola y, por intrincadas razones, a lbsen. Protegió a Wells, que le correspondió con ingratitud. Fue padrino de casamiento de Kipling y tuvo trato con Stevenson, con quien intercambió alguna correspondencia.
La obra completa encierra estudios de muy diversa índole: el arte de narrar, el hallazgo de temas aún no explorados, la vida literaria como tema, el procedimiento indirecto, las virtudes y los riesgos de la improvisación, lo sobrenatural, los males y los muertos, el curso del tiempo, lo inadmisible del dialecto, el relato en primera persona, el destierro del americano en Europa, el destierro del hombre en el universo... Estos análisis, debidamente organizados en un volumen, integrarían una esclarecedora retórica.
En los teatros de Londres presentó varias comedias, que fueron saludadas con unánimes silbidos y con la respetuosa censura de Bernard Shaw. Nunca fue popular, y acaso a él tampoco le interesó serlo. La crítica británica le ofrendó una distraída y frígida gloria que, como casi siempre sucede, solía excluir la lectura. "Sus biografías", ha escrito Ludwig Lewinshon, "son más significativas por lo que omiten que por lo que contienen".
Hermano del ilustre psicólogo que fundó el pragmatismo, Henry James náció en Nueva York, el día 15 de abril de 1843. Su padre, un converso swedenborgiano, que tenía su mismo nombre, quería que los hijos fueran cosmopolitas, es decir, ciudadanos del mundo en el sentido estoico de la palabra, y dispuso que los educaran en Inglaterra, en Francia, en Ginebra y en Roma.
En 1860, Henry regresó a América, donde emprendió y abandonó un vago estudio del derecho. A partir de 1864 se dedicó a las letras, con creciente abnegación, lucidez y felicidad. Residió en Londres y en Sussex, y sus ulteriores viajes a América fueron ocasionales y nunca pasaron de Nueva Inglaterra.
En 1915 adoptó la ciudadanía británica, por entender que el deber moral de su patria era declarar la guerra a Alemania. Murió el 28 de febrero de 1916. "Ahora, por fin, esa cosa distinguida, la muerte", dijo en la hora de la agonía.

En todo caso Borges ha confesado que su color preferido era el amarillo ámbar, el único que venía en un horizonte imaginario, el mismo que resplandece

ELPAIS.COM


Jorge Luis Borges: la visión del ámbar

MANUEL VICENT 27/06/2009


Laberintos, espejos, tigres y cuchillos, un cúmulo de metáforas, el tiempo como río, la vida como ficción, la muerte como sueño y él mismo como "el otro": con esa materia el destino le obligó a ser Borges, condenado a escribir fábulas sin moraleja

Siendo ciego y poeta se tiene medio camino hecho para llegar a Homero. Si además el poeta ciego es argentino ese camino no puede ser muy largo. No hay que navegar mares azarosos, ni recorrer senderos calcáreos bajo un sol azul de la Argólida entre cabras puntiagudas. Cualquiera que se llame Borges encontrará a Homero en cualquier esquina del barrio de Palermo de Buenos Aires, tomando el té en una confitería. Pero no está claro que Borges fuera realmente ciego. Aunque su abuela paterna murió ciega, su bisabuelo murió ciego y su padre también acabó ciego, puede que la ceguera del escritor fuera sólo la más famosa de sus metáforas. En todo caso Borges ha confesado que su color preferido era el amarillo ámbar, el único que venía en un horizonte imaginario, el mismo que resplandece en la arena infinita del desierto.

En un cruce de caminos Borges un día invocó el azar, echó los dados de ámbar sobre la arena y uno de esos dados le ofreció su séptima cara. En ella había imágenes superpuestas de laberintos, espejos, tigres y cuchillos, todas ineludibles y un cúmulo de metáforas, el tiempo como río, la vida como ficción, la muerte como sueño y él mismo como "el otro": con esa materia el destino le obligó a ser Borges, un escritor condenado a escribir fábulas sin moraleja. Dijo Blake que nada existe si no ha sido imaginado.

Sus primeros recuerdos eran imágenes de un sable que sirvió en el desierto, de un aljibe, de la casa vieja, del silbido de un trasnochador en la vereda. Fue un niño enfermizo vestido de niña al que su madre nunca dejó salir de su placenta. Desde que su padre llevó al adolescente Borges a un prostíbulo de Ginebra para que ejerciera de hombre por primera vez, él vivió a partir de entonces el amor como un ente hipotético siempre frustrado. "Yo que he sido todos los hombres no he sido aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach". Si bien esta mujer fue la heroína de una novela barata, su nombre implica el de todas las mujeres que Borges enamoradizo no pudo conseguir o poseyó a medias. Descubrió una vez con cierta tristeza que se había pasado la vida pensando en una u otra mujer y todas le llevaron a cometer el mayor de los pecados, el no haber sido feliz. Por lo demás Borges navegó todos los mares, cruzó todos los desiertos, recorrió todas las ciudades, varado en un sofá del vestíbulo de infinitos hoteles con las manos apoyadas en el bastón, las córneas acuosas dirigidas a un punto indeterminado de la pared de enfrente donde estaban concentrados todos los mapas.

En la plenitud de su creación Jorge Luis Borges había tallado poemas en madera de ébano, había escrito libros de arena, historias de infamia, fábulas que se habían podrido junto con los papiros que las soportaban, se había perdido en la bruma de las sagas noruegas, había jugado a la lotería de Babilonia donde el premio siempre era una puñalada de un compadre o había bajado al sótano de la Biblioteca de Alejandría a compartir enigmas con el guardián. En ese tiempo sólo lo leían casi en secreto algunos iniciados. La fama alcanzó al escritor en el umbral de la vejez y sólo fue debida a las maldades y paradojas envenenadas que salían de su boca en las aciagas entrevistas con los periodistas de la sección de cultura. En un juego de niño terrible en ellas proclamaba siempre lo inesperado, lo que más podría sorprender, irritar o admirar a cualquier neófito. Para enfadar a los académicos españoles decía que el castellano era una lengua muy fea y que prefería el inglés. Para sacar de quicio a los progresistas afirmaba que Franco había sido muy positivo para España. Admiraba más a Alonso Quijano que al Quijote y a éste menos que a Cervantes. Ensalzaba al escritor mediocre Cansinos Assens para vengarse de todos los poetas de la Generación del 27 y así sucesivamente hasta crearse un personaje odioso y al mismo tiempo admirado. La desgracia de sus lectores, cuando su nombre fue revelado en los años sesenta del siglo pasado, consistía en que odiar a Borges y amarlo era una misma obligación.

A veces se disfrazaba de reaccionario, pero sólo era un conservador, un liberal moderado cuyo odio a Perón, que le había condenado a ser inspector de pollos en vez de bibliotecario, lo llevó a aplaudir la llegada de los militares argentinos. Creía que la democracia era una simple estadística, aunque presumía de haber condenado en su tiempo a Mussolini y a Hitler, cuando otros callaban, para acabar aceptando una medalla de Pinochet, un acto que le costó el Nobel. Empieza uno diciendo una maldad para epatar y acaba despeñándose en la barranca. A partir de un momento Borges se convirtió en el escritor al que no le daban el Nobel.

Tal vez creía en Dios, tal vez no, porque para Borges la teología era una obra maestra de ciencia-ficción. Por lo demás, si bien presumía de haber tomado mescalina y cocaína en su juventud, su droga más pertinaz fueron los caramelos de menta y su plato preferido la merluza hervida. Cuando murió la madre comenzó a viajar, ya ciego, sólo para oler los países. Olfateó el Machu Picchu, conoció Japón con la mente, se dejó explicar las calles de París, de Tejas, de Nueva York, y Borges sólo les ofrecía sus pasos, los golpes de su bastón y en los hoteles se dejaba llevar del codo hasta el lavabo para dar de sí antes de volver al sofá del vestíbulo a ejercer de vidente en las sombras amarillas ante admiradores y reporteros. En todos los países y ciudades siempre había una mujer para hacer de pantalla entre él y los objetos. Hubiera preferido consagrarse al goce de la metafísica o de la lingüística, pero al final lo daba todo por un susurro femenino en el oído que le fiaba una incierta promesa, lo suficiente para alimentar su imaginación.

Borges vivía aventuras de galán a través una figura interpuesta en la persona de Bioy Casares, un devorador de mujeres, el rey del bataclán. Con su amigo departió durante treinta años la cena todas las noches con chismorreos culturales de alta y baja ley, los dos empollados por la gran clueca Victoria Ocampo, ama y señora de la revista Sur, donde abrevaron los intelectuales de moda de Europa traídos por ella a Argentina a buen precio.

A los 80 años estaba aburrido de ser Borges y deseaba conocer la sombra del misterio mayor de los hombres. Pero en el último momento levantaba una leve protesta. ¿Por qué voy a morirme si nunca lo he hecho antes? Era como si le dijeran que iba a ser buzo o domador. Al final creía que la muerte no le era permitida. No estaba seguro de que Dios necesitara su inmortalidad para sus fines. Pero Jorge Luis Borges murió. Lo hizo a sabiendas el 14 de junio de 1986 y está enterrado en el cementerio de notables de Plainpalais, en Ginebra, la ciudad donde había alcanzado por primera vez el placer sexual con una mujer en un prostíbulo. La última metáfora. Tenía miedo a seguir siendo Borges. Qué importa la muerte si eso le ha sucedido a un individuo llamado Borges, que vivió en Buenos Aires en el siglo XX, hace ya tanto tiempo. Qué importa si fue desdichado o feliz si ya ha sido olvidado. Todos corremos hacia el anonimato, sólo que los escritores mediocres llegan a la meta un poco antes, decía.


MARIO VARGAS LLOSA 22/02/2009

Uno de los más hermosos poemas que escribió Luis Cernuda se llama Birds in the night y está dedicado a Verlaine y Rimbaud. O, mejor dicho, a la "farsa elogiosa repugnante" de que suelen ser víctimas, después de muertos, los poetas que, malditos y marginados en vida por sus malas costumbres, excesos, violencias y provocaciones, son luego convertidos en glorias nacionales. Celebrados por "embajadores y alcaldes", merecen bustos y placas como la que el gobierno francés ("¿o fue el gobierno inglés?") colocó en el número 8 de Great College Street, Camden Town, Londres, la modestísima casita donde por unas semanas el poeta borracho y cincuentón y el adolescente insolente y genial "vivieron, trabajaron, fornicaron" gozando de una libertad que pagarían luego carísimo.



Es verdad que las circunstancias han hecho de Borges una "gloria nacional" porque ése es el destino que espera a todos los seres humanos que por su talento, sus virtudes, su genio, prestan un gran servicio a la humanidad en los dominios de las ciencias, las artes o las letras: ser inmediatamente nacionalizados y trasmutados en motivos de exaltación patriotera.

En verdad, a los grandes talentos no los "producen" los países y, por eso, Borges no es un "producto" argentino. Resultó de una alianza casi indiscernible de ideas, imágenes, poemas, novelas, ensayos, sistemas filosóficos, teologías, procedentes de muchas lenguas y culturas, de la atmósfera estimulante de una familia, de un grupo de amigos y conocidos, pero, principalmente, de una disposición o don personal, exclusivo y único, para soñar, fantasear, asimilar las grandes creaciones literarias y ordenar las palabras del español en frases, páginas y libros de extraordinaria precisión e inusitada belleza. Y por esa razón, al igual que Shakespeare y Goethe y Cervantes y tantos otros eminentes creadores, Borges no pertenece a la Argentina sino a todos los que lo leen y se deslumbran con su imaginación, su cultura literaria, su elegancia, su ironía y su soberbia manera de utilizar nuestra lengua imponiéndole la exactitud del inglés y la inteligencia del francés sin que por ello pierda el bronco vigor de la lengua castellana.

Borges se fue de su país porque, como les ocurre a muchos escritores con los suyos, estaba acaso asqueado con lo que allí ocurría, o simplemente harto de ser una "gloria nacional" (después de haber sido un ilustre desconocido hasta que Francia, Europa y los Estados Unidos hicieron saber a los argentinos que tenían un genio en casa) o porque, a la vejez, como dicen que hacen los elefantes cuando sienten que van a morir, quiso pasar la última etapa de su vida y morir donde había comenzado la vida que a él le importaba -la vida intelectual-: esa Suiza donde fue, o creyó ser, feliz, leyendo vorazmente, aprendiendo idiomas, y contrayendo, contagiado por los suizos, la sobriedad, la frugalidad, la corrección y la modestia que fueron rasgos permanentes de su vida privada.

Fue una decisión perfectamente legítima y quienes de veras admiran a Borges -que no son los politicastros ignorantes, ni los gacetilleros semianalfabetos que se dan también baños de cultura traficando con los genios- deben acatarla. Era indigno alegar como argumento, para justificar la repatriación, una cita de Borges formulada en una entrevista de ocasión, según la cual quería ser enterrado en La Recoleta al igual que sus antepasados. ¿No se han enterado esas pobres gentes que los seres humanos, a diferencia de las piedras y los animales, cambian a veces de opinión? Si hubieran leído a Borges, sabrían que él lo hizo innumerables veces y sobre muchas cosas (aunque nunca por comodidad u oportunismo).

La decisión que vale es la última que tomó. La que lo llevó, cuando era ya un anciano reconocido y festejado (pero devorado por la enfermedad) a dejarlo todo y, como lo hubiera hecho un adolescente letraherido, a empezar de nuevo, en un país donde sería siempre un desconocido, en aquella anodina, reprimida, políglota y próspera ciudad de Calvino donde, entre bibliotecas, aulas, libros e idiomas extranjeros, comenzó a ser Borges. Es un buen sitio para que descanse el más internacional y cosmopolita de los escritores que, vaya paradoja, fue también, de algún modo, un provinciano visceral, aquel fantaseador alucinado y erudito irreverente con la erudición, aquel viejo-niño tímido, y por momentos destemplado, que nunca maduró y por eso jamás se corrompió.

Un consejo, amigos escritores: nadie puede poner lo que escribió a salvo de futuras manipulaciones, distorsiones y vejaciones. Pero sí es posible, en cambio, precaverse contra póstumas emboscadas como la que estuvo en marcha y felizmente fracasó contra los huesos del pobre Borges. Háganse incinerar y que esparzan sus cenizas en lugares inalcanzables, como el bosque o el mar. ¡Mil veces preferible alimentar a los peces o a los pájaros que a esos inescrupulosos caníbales que engordan con los despojos de los buenos escribidores!

© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario EL PAÍS, SL, 2009.

© Mario Vargas Llosa, 2009.

Friday, June 26, 2009

Pirámide Acodada : Bent Pyramid

father and Son
Nose
Deut. 8:3
" And he humbled thee, and suffered thee to hunger, and fed thee with manna, which thou knewest not, neither did thy fathers know; that he might make thee know that man doth not live by bread only, but by every word that proceedeth out of the mouth of the LORD doth man live."
Winning By A Short Head
Photo Finish!
Chess: "nose" "potboiler"

Pirámide acodada

La Pirámide acodada, también llamada Pirámide romboidal o Pirámide sur de Dahshur, es un monumento funerario o mausoleo construido por orden del faraón Seneferu en Dahshur, Egipto. Se estima que su forma particular es una tentativa fallida de pirámide de caras lisas, la última fase de la evolución de las pirámides egipcias. Posee numerosas particularidades y se asemeja en muchos puntos a la pirámide erigida por el hijo y sucesor de Seneferu, Jufu (conocido comúnmente como Keops). Entre sus características resalta el hecho de que una de sus dos entradas no está situada sobre la fachada septentrional, hecho único en el Imperio Antiguo. Asimismo, es destacable también el hecho de que la pirámide conserva aún la mayor parte de su recubrimiento, lo que la convierte en la pirámide que actualmente está mejor conservada de todo Egipto y lo que hizo que fuese conocida como Aquella que brilla al sol. En su interior se encuentra una bóveda falsa con apoyo en las cuatro paredes que es la más antigua conocida. El complejo funerario revela vestigios de un imponente templo cuya rica ornamentación lo distingue de los otros monumentos de la cuarta dinastía.
El conjunto funerario está constituido por la pirámide del faraón y una pirámide satélite de 26 m de altura situada al sur, ambas rodeadas por un muro de piedra de 2 m de altura. Este recinto estaba comunicado con un templo funerario mediante una calzada de cerca de 700 m de longitud. Debido a su posición alejada de la entrada del valle, este templo funerario no parece ser el templo de recepción (o templo del valle). Por otra parte, hay vestigios de una segunda calzada que debía conectar este templo con el verdadero templo del valle. Es una particularidad que no se encuentra en ningún otro complejo piramidal.
La característica más evidente de la pirámide es el singular aspecto de sus caras: con doble pendiente. Se estima que es el resultado de un cambio de planificación ocurrido durante la construcción. La segunda característica es la duplicación de su distribución interna: dos cámaras funerarias accesibles mediante dos entradas, una situada sobre la cara septentrional, a unos 12 m del suelo, y otra sobre la occidental, a 33 m del suelo (la pirámide de Kefrén tiene también dos entradas, pero ambas están situadas sobre el lado septentrional del monumento).

La entrada septentrional se sitúa a 11,80 metros sobre el nivel del suelo.[2] Se trata de la única pirámide que conserva el paramento de su entrada intacto: los egiptólogos observaron dos pares de agujeros enfrentados y colocados sobre las paredes laterales este y oeste que debían alojar los goznes de una puerta basculante, que los arquitectos italianos Vito Maragioglio y Celeste Rinaldi suponen de madera.[3] La entrada se abre sobre un pasillo descendente de 78,60 metros con una pendiente de 28°22' los primeros 12,60 m, variando luego a 26°20'.[4] Este corredor tiene la particularidad de estar cubierto con losas dispuestas ligeramente solapadas, de forma escalonada, lo que permite descargar el peso de la parte superior a la manera de una bóveda de cañón por aproximación de las hiladas.[nota 1] El pasaje continúa en otro de 5,40 m sin pendiente, cuyo suelo está a 22,40 m bajo el nivel del terreno,[5] y posee también un techo abovedado similar al anterior pero de 12,60 m de altura.[5] La habitación inferior, a la que se accede por una empinada escalera, está elevada 6,75 m con respecto a ese final del corredor y muestra un perfecto conocimiento por parte de sus diseñadores en materia de distribución de las cargas.[5] El techo de esta cámara, con su punto más alto a 17,30 m de altura, es también una bóveda escalonada innovadora, puesto que no se construye sobre dos caras como en la pirámide de Meidum o en los corredores, sino sobre las cuatro caras y con piedras calcáreas. Maragioglio y Rinaldi encontraron rastros de grietas rellenas con yeso que debieron abrirse, según ellos, durante la construcción de la cámara. Tuvieron en cuenta también la presencia de varios pares de orificios enfrentados para permitir la colocación de vigas.[6]

La habitación inferior ofrece un acceso hacia el sur por un pequeño pasaje, también abovedado. Este conducto atraviesa un pozo (a veces llamado la chimenea) de 8,90 m de profundidad que resulta ser la superposición de dos cavidades, probablemente selladas inicialmente con dos losas, como parece indicar un bloque calizo que descansa aún sobre la cavidad inferior. Se desconoce la función de este pozo, situado en el eje central de la pirámide,[nota 2] y cuya estructura es inusual. El suelo del pasaje situado entre el pozo y la cámara se apoya en los escombros que llenan una cavidad de 8 m de profundidad.[7] El pasaje conduce al corredor de la cámara superior.

John Shae Perring descubrió en la sala inferior, y a una altura de 12,60 m, una cuerda de papiro que indicaba la apertura de una galería excavada en el muro y que unía el pasaje superior con dos gradas de la segunda sala.[8] Es extraño que esta galería se perforase para obviar el uso de la otra entrada de la pirámide. Su ejecución está muy cuidada, si se tiene en cuenta la dificultad de excavar sin iluminación y de garantizar la conexión entre dos pasillos situados a niveles diferentes.

Son aún visibles restos de escaleras construidas sobre las paredes del pasaje que precede a la habitación inferior. Este hecho condujo a los arquitectos a suponer que los constructores habían acondicionado una inmensa escalera de acceso a la galería de conexión, escalera que a continuación habrían desmontado enteramente haciendo imposible el acceso al nivel superior.

Hasta 1951 la entrada occidental era inaccesible, pues estaba oculta bajo el recubrimiento de la pirámide a 33,22 m del suelo. En lugar de estar centrada sobre la fachada, se encuentra desplazada hacia el sur.[8] El pasaje desciende 67,66 m[8] con una pendiente de 30°09' en los primeros 21,81 m y luego de 24°17'.[8] Este corredor posee en su parte más baja una cavidad en el suelo de 1,28 m de profundidad[10] que recuerda las de la Pirámide de Meidum y la Pirámide roja, que también la tienen en la parte baja del corredor. El pasaje descendente estaba bloqueado en toda su longitud por grandes bloques de caliza pegados con yeso que fueron retirados durante las obras realizadas entre 1946 y 1951. El corredor superior de la pirámide acodada conecta con una sección horizontal de 20 m, a la cual llega el pasaje proveniente de la cámara inferior, que está entrecruzada por dos pasajes de cierre escalonado. Se trata del primer sistema conocido de cierre escalonado con nivel inclinado, innovación que se utilizará más veces durante el Imperio Medio.[nota 3]

Sólo la primera escalera ejerció su función; fue enyesada interior y exteriormente, lo que permite concluir que los egipcios utilizaron la galería improvisada (así como la escalera occidental) para sellar la tumba. En el suelo, entre los dos pasajes, hay un amplio pozo de 4 m de profundidad y cuya función es desconocida. En esta parte del pasaje hay cinco pares de muescas colocadas de forma enfrentada sobre las paredes laterales. La galería de conexión entre los dos corredores desemboca aquí en la pared septentrional, exactamente al lado del pozo.[11]

La sección continúa hasta la sala superior que posee, como la inferior, una bóveda escalonada sobre sus cuatro lados pero de peor factura.[11] El suelo de esta sala estaba relleno con restos de pequeños bloques de piedra hasta una altura de 4,20 m. Gran parte de estos cascotes se eliminaron durante las excavaciones de 1946-47, y apareció una imponente estructura en madera de cedro.

A poca distancia de la entrada septentrional del pasaje descendente inferior hay algunas inscripciones jeroglíficas que datan del periodo tardío.[12] [nota 4]

A una quincena de metros de la parte baja del pasaje superior se descubrió una caja que contenía los restos momificados de un búho y cinco murciélagos. El doctor Ahmed Batrawi los dató en la cuarta dinastía mientras que Ahmed Fakhry los situó durante la época ptolemaica.[13] Este corredor superior, accesible desde la entrada occidental, estaba bloqueado originalmente en toda su longitud. Los últimos 18 m de piedra se retiraron, según Fakhry, en época muy antigua. Esta operación, cuyos autores se desconoce, sólo pudo llevarse a cabo desde un pasaje excavado a través de la primera escalera.

Fakhry destacó un hecho sorprendente que induce a creer en la existencia de una tercera conexión al exterior de la pirámide y que falta por descubrir: el corredor superior (oeste), que permaneció bloqueado hasta su apertura en 1946 por Hassan Mustafa, estaba obstruido en toda su longitud por grandes bloques de piedra caliza por medio un sistema de cierre por rastra, sellado en sus dos extremos. Sin embargo, numerosos exploradores desde Perring fueron testigos de un ruido que persistía algunos segundos en caso de fuertes vientos. El ruido se notaba especialmente en la sección horizontal entre los dos pasajes escalonados. Perring notaba también una corriente de aire.[14]

La inusual disposición de las cámaras funerarias, las particularidades arquitectónicas y los artefactos descubiertos no dejan de sorprender. Se trata sin duda alguna de la infraestructura más compleja después de la de la pirámide de Keops y, tal como ocurre con ésta, aún no se ha encontrado ningún argumento satisfactorio que explique las intenciones de los constructores.

Pirámide satélite

Al sur de la pirámide acodada, a una distancia de 55 m,[15] se encuentra una pirámide satélite destinada al culto del Ka del faraón.[15] Las dimensiones originales eran de 26 m de altura y 52,80 m de longitud, y la inclinación de sus caras es de 44°30'.[nota 5] La estructura es de bloques de piedra caliza, relativamente gruesos, dispuestos en hiladas horizontales y cubiertas de un revestimiento de fina piedra caliza de Tura. El acceso a la cámara funeraria se realiza por un pasaje descendente accesible desde el centro de la cara septentrional, a una altura de 1,10 m sobre el suelo.[15] Este pasaje, inclinado 34°, debía tener en su origen una longitud de 11,60 m.[15] Un corto pasaje horizontal sucede a este pasillo, y luego hay otro corredor ascendente con una pendiente de 32°30'.

En el pasaje horizontal subsisten numerosos fragmentos de los bloques que impedían en el pasado el acceso al pasaje ascendente. Éste se amplía a continuación, y se convierte en una pequeña galería en la cual aún se encuentran dos bloques de taponamiento.[16] En las paredes y el suelo hay pintadas numerosas líneas rojas.

El plano recuerda al de la pirámide de Keops, con el pasaje ascendente ocupando el lugar de la Gran Galería. Al final de ésta se encuentra la cámara funeraria (llamada así aunque es muy probable que nunca haya contenido ningún sarcófago),[16] situada bajo el ápice de la pirámide y cubierta por una bóveda escalonada. Algunos buscadores de tesoros excavaron un pozo en el suelo de la cámara de unos 4 m de profundidad.[16]

Como la pirámide principal, la satélite poseía su propio altar con dos estelas situadas ante la cara oriental.

Templo Alto

El Templo Alto, situado junto a la cara oriental de la pirámide principal, sólo es un lugar para depositar ofrendas; ante él se encuentran aún dos grandes estelas rotas que, cuando fueron colocadas, medían 9 m de altura. La estructura de esta construcción apenas difiere de la de la pirámide de Meidum, aunque su concepción haya sufrido varias modificaciones.[17] Los elementos principales son aquí los tres altares. El templo fue restaurado y utilizado durante la dinastía XII, y más tarde durante el periodo tardío.

Templo Funerario

Excavado por Ahmed Fakhry entre 1951 y 1952, era accesible gracias a una larga calzada. Sus dimensiones son de 46 por 25 m. Fakhry pudo dibujar los planos y reconstruir numerosos bajorrelieves a partir de los 1.400 fragmentos encontrados en el lugar. El edificio tiene tres partes diferenciadas: una antecámara, un patio con pilares y seis capillas. Su gran originalidad se debe a las esculturas que adornan la mayor parte de sus paredes, que marcaron el estilo arquitectónico del Imperio Antiguo. El egiptólogo alemán Herbert Ricke lanzó la hipótesis de que este templo se destinaba a los ritos funerarios de Seneferu como rey del Bajo Egipto, mientras que se destinaba otro edificio (hipotético) a los ritos mortuorios como rey del Alto Egipto.

El Templo Funerario de la pirámide acodada, contrariamente a todos los demás conocidos, no se sitúa en la entrada del valle (por lo que reciben el nombre de Templo del Valle).[18] Como el Templo Alto, éste se rehabilitó durante la dinastía XII y durante el Periodo tardío.

La construcción: los dos cambios de planos

Vito Maragioglio y Celeste Rinaldi encontraron varios indicios en las dos galerías descendentes de la pirámide principal que ponen de manifiesto que había sufrido varias modificaciones en el curso de su construcción.[19]

Por ejemplo, las juntas de construcción sugieren que las entradas debían situarse originalmente a 12,6 m de la actual entrada septentrional y a 11,60 m de la entrada oeste.[19] La pirámide inicial debía tener una base de 157 m y una altura de 125 m con una inclinación de las caras de 58° (equivalente a una pendiente de 8/5).[20] Cuando ya casi estaba acabada, se decidió aumentar las dimensiones, por eso aparecieron grietas en las galerías de acceso, alineadas con las juntas de construcción en la primera y un poco más abajo en la segunda. Lo añadido se desplomó durante la construcción, seguramente debido a la falta de adherencia sobre el recubrimiento preexistente. Esta falta de adherencia prueba que la primera pirámide debía tener un recubrimiento liso que superaba el nivel de la entrada septentrional, pero por debajo del nivel de la del oeste. El segundo proyecto es aún visible hasta la altura de 49 m, a partir de la cual el recubrimiento debió presentar señales de inestabilidad.[20]

La hipótesis es que se acabó el monumento a toda prisa para disminuir las cargas que soportaban los bloques exteriores, disminuyendo el ángulo de inclinación a 43°. Perring notó en 1839 que la mampostería de la parte superior de la pirámide tenía menor calidad que la de la parte inferior. La pirámide hubiera medido 128,50 m de altura si el segundo proyecto se hubiese podido llevar a cabo.

Particularidades del complejo funerario

En la pirámide
  • El singular aspecto de la doble pendiente de las caras de la pirámide;
  • Hay dos entradas que permiten acceder a las cámaras funerarias, una de las cuales no se sitúa sobre la cara septentrional, sino sobre la occidental, lo que la hace única en el Imperio Antiguo;
  • Utiliza con maestría las bóvedas escalonadas sobre cuatro caras por primera vez en la historia;
  • Es la primera pirámide en la que se utiliza un sistema de cierre con rastras, que se repetirá en las pirámides del Imperio Medio;
  • Al igual que las tres pirámides restantes atribuidas a Seneferu (Pirámide Roja, Pirámide de Meidum y Pirámide de Seila), no contiene ningún sarcófago;
En el conjunto funerario
  • Es el primer conjunto funerario con templo funerario monumental;
  • Posee dos calzadas procesionales.

Historia de la exploración del monumento

Es muy probable que el monumento fuese visitado desde muy antiguo, como da prueba el interés que prestaron los egipcios del Imperio Medio a la pirámide de Seneferu. El culto fue restaurado,[21] el soberano deificado y los nuevos faraones se inspiraron en las tumbas del Imperio Antiguo para construir sus propias pirámides. Así pues, el sistema de cierre con rastra inclinado inventado para Seneferu se encuentra en la pirámide de Hawara del faraón Amenemhat III. La pirámide fue, probablemente, saqueada durante los períodos de desorden, tal como ocurrió con las otras sepulturas reales susceptibles de contener tesoros, pero se desconocen las posibles expoliaciones que habría sufrido en la antigüedad.

En la Edad Media, el Libro de las perlas ocultas y del misterio precioso,[22] escrito en el siglo X, encendió las imaginaciones e hizo de Dahshur un lugar mítico lleno de tesoros ocultos. Esta obra fomentó la destrucción y el saqueo de los grandes monumentos de la región memfita.[23] Las dos pirámides de Dahshur fueron abiertas de nuevo en el siglo XVII por el viajero inglés Edward Melton,[24] y veinte años más tarde por Le Brun, que penetraron en la cámara inferior de la pirámide acodada.[25]

La primera exploración verdaderamente científica fue la que el egiptólogo británico John Shae Perring hizo el 29 de septiembre de 1839. Descubrió la segunda entrada situada sobre la cara occidental y levantó planos de la estructura,[26] que fueron las únicas referencias serias hasta 1946, fecha en la cual el egiptólogo egipcio Abdulsalam M. Hussein emprendió un estudio más detenido del complejo piramidal.[27] Este último vació totalmente las cámaras funerarias, descubrió la estructura de cedro de la sala superior, las momias de murciélagos[28] y las pinturas que asignan la pirámide al faraón Seneferu. La desaparición del egiptólogo en 1949 originó la interrupción de las investigaciones, que fueron reanudadas y completadas por Ahmed Fakhry, el cual puso de relieve la riqueza decorativa del templo funerario.

Orden cronológico de las pirámides de Seneferu

Las cuatro pirámides asignadas a Seneferu son: la pirámide Roja, la pirámide Acodada, la pirámide de Meidum y finalmente la pirámide de Seila, que muy probablemente sólo era un cenotafio.

La construcción de la pirámide de Meidum se divide en tres fases que los egiptólogos nombran E1, E2 y E3; E1 corresponde a la primera pirámide escalonada, E2 a la segunda pirámide escalonada obtenida al añadir un tramo más, y E3 la pirámide de caras lisas obtenidas por adición de un tercer tramo.[30]

Se estima que Seneferu hizo acabar la pirámide escalonada de su predecesor el faraón Huny (E1) y que a continuación hizo levantar la que debía ser la suya propia, la pirámide acodada. A raíz de los problemas estructurales de ésta, habría emprendido una nueva obra al norte de Dahshur, al mismo tiempo que ampliaba la de Meidum. Distintas pintadas descubiertas en algunos bloques de las pirámides de Meidum y Dahshur mencionan los años décimo quinto y vigésimo tercero del reinado del faraón, lo que demuestra la simultaneidad de las dos obras.[31]

Los fragmentos de huesos humanos descubiertos en la pirámide roja y en su Templo Alto acabado en adobe parecen probar que esta pirámide sirvió de tumba. La pirámide acodada se benefició de una atención especial durante el Imperio Medio ya que se reactivó en esta época el templo funerario. Del mismo modo, como señala el arquitecto Gilles Dormion, su arquitectura parece haberse beneficiado de innovaciones tecnológicas, como los sistemas de cierre y las bóvedas escalonadas sobre cuatro caras, que no se encuentran en la pirámide roja. Es también posible que la pirámide acodada, a raíz de los problemas generados en su estructura, hubiese servido de laboratorio para los arquitectos: en ese caso habrían sido tres las obras simultáneas hechas durante el reinado de Seneferu.

Sea como fuere, las pirámides de Seneferu, con un volumen total de 3.500.000 metros cúbicos (o sea cerca de 1.000.000 más que la pirámide de Keops) representan el proyecto más ambicioso de toda la Antigüedad.

Potboiler

Potboiler or pot-boiler is a term used to describe a poor quality novel, play, opera, or film, or other creative work that was created quickly to make money to pay for the creator's daily expenses (thus the imagery of "boil the pot"[1], which means "to provide one's livelihood"[2]). Authors who create potboiler novels or screenplays are sometimes called hack writers. Novels deemed to be potboilers may also be called pulp fiction or "page-turners", and potboiler films may be called "popcorn movies" or, in film industry slang, "tentpoles" (large-budget films typically based on well-known characters or prior works, which, due to their immense popularity, support the studio economically, like tent poles hold up a tent).

Etymology and usage

High culture

"In the more elevated arenas of artistry such a motive...was considered deeply demeaning."[3] If a serious playwright or novelist's creation is called a potboiler, this has a negative connotation that suggests that it is a mediocre or inferior-quality work. An early usage of the term that has this sense is in Putnam’s Monthly Magazine of New York, dated 1854: “He has not carelessly dashed off his picture, with the remark that ‘it will do for a pot-boiler’”.[3] Similarly, Jane Scovell's Living in the Shadows states that "...the play was a mixed blessing. Through it O'Neill latched on to a perennial source of income, but the promise of his youth was essentially squandered on a potboiler."

In an early-1980s Time review of a book by Andrew Greeley, the author called his novel Thy Brother's Wife a "...putrid, puerile, prurient, pulpy potboiler." [4] In the late 1990s, American author and newspaper reporter Stephen Kinzer referred to potboilers in this derogatory sense: "If reading and travel are two of life's most rewarding experiences, to combine them is heavenly. I don't mean sitting on a beach reading the latest potboiler, a fine form of relaxation but not exactly mind-expanding."[5]

A definition of potboiler fiction from the 2000s captures the sense that it is an inferior grade of writing; in a Publishers Weekly article, author David Schow called potboilers fiction that "... stacks bricks of plot into a nice, neat line."[6]

Popular culture

However, for more popular genres, such as action thriller films or detective novels, the term "potboiler" does not have such negative connotations. Indeed, a review praising a thriller film or detective novel may effusively call the work an excellent "potboiler". In a 2007 review of the 1972 Sam Peckinpah film The Getaway, starring Steve McQueen, the review calls it "... a '70s outlaws-on-the-run potboiler; a poor man's Bonnie and Clyde. That doesn't make it a bad film; it's actually a good potboiler. But it does stand out in both the McQueen and Peckinpah canons as a primarily commercial, and not artistic, venture. It's neither artist's finest moment, but there's certainly no reason for them to be embarrassed by the film."[7]

One well-known potboiler is A Christmas Carol by Charles Dickens.[8] Television host Mike Wallace used the term while interviewing writer Rod Serling about his upcoming show, The Twilight Zone. At that time, science fiction writing was widely considered amateurish and juvenile, and Wallace questioned whether or not Serling was moving away from "serious" writing. However, Serling's series became an influential part of television.[9] Many current popular novels are indiscernably potboilers. However their use of interesting titles enables publishers to attempt to sell them as if they were more original, more creative works. This is expectable, given how many themes and ideas are constantly being re-used, and quite successfully.